¿Por qué no entendemos la voluntad de Dios?
Como padres siempre queremos lo mejor para nuestros hijos, y siempre que hablamos con ellos, les hacemos saber cuáles son nuestras intenciones y deseos para con ellos.
En fin, siempre les damos a conocer cuál es la voluntad nuestra hacia ellos y de la manera que luchamos para que ellos alcancen sus metas y realicen sus sueños.
En cambio, Dios no puede hacer así con nosotros, porque si así fuese, él tendría que venir a la tierra y decirle a cada uno en particular cual es su voluntad hacia nosotros; por eso es que él no ha dado su Espíritu Santo para que lo conozcamos y así podamos comprender cuál es su voluntad.
Pero entonces, si tenemos el Espíritu Santo, ¿Por qué es que muchas veces no entendemos a Dios y su voluntad hacia nosotros?…
Porque tomamos decisiones precipitadas: Muchas veces nos sentimos estresados, presionados, y agobiados por tanto problemas, o por el trabajo, estudios, etec., que por instinto tratamos de alejarnos de todo ese estrés, y es ahí donde actuamos y tomamos decisiones precipitadas creyendo que eso es lo que Dios quiere que hagamos, y que estamos actuando conforme a su voluntad:
En aquel tiempo vino el vidente Hanani a Asa rey de Judá, y le dijo: Por cuanto te has apoyado en el rey de Siria, y no te apoyaste en Jehová tu Dios, por eso el ejercito del rey de Siria a escapado de tus manos. Los etíopes y los libios, ¿no eran un ejército numerosísimo, con carros y mucha gente de a caballo?
Con todo, porque te apoyaste en Jehová, él los entregó en tus manos. Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él.
Locamente has hecho en esto; porque de aquí en adelante habrá más guerra contra ti. (2ª. Crónicas 16:7-9) Cuando el énfasis está en nosotros mismos y no en conocer la voluntad de Dios, es cuando fallamos, y fracasamos por tomar decisiones precipitadas.
Si nos vamos por el lado humano para tratar de entender a Dios y su voluntad, estaremos cayendo en un error gravísimo que no solo nos puede robar bendiciones, sino también traernos muchos dolores.
Es necesario actuar con prudencia y siempre tomando en cuenta a Dios, sin actuar precipitadamente.
Tomemos siempre en cuenta a Dios en todas nuestras decisiones. Por que no enfocamos solo en el presente. Nunca veamos la respuesta del Señor a corto plazo, él podría constestar inmediatamente le pedimos algo, pero no siempre lo hará porque lo que él desea es trabajar nuestra fe y que aprendamos a conocer su voluntad perfecta para nosotros, y a depender de el:
Por nada estéis afanosos. sino sean conocidas vuestras peticiones delane de Dios en toda oración y ruego con acción de gracias. (Filipenses 4:6) El afán y la ansiedad son dos males que pueden dañar nuestra fe.
A veces venimos al Señor solo por lo del momento, es cuando dejamos de ver los bello que es esperar en Dios y que el cumpla su voluntad en nosotros. No permitamos qu el afán por lograr cosas rápidas, no nos permita conocer la voluntad agradable de Dios para nuestras vidas.